El fundador del pueblo bamun fue Nshare, príncipe de Rifum (1394-1418), hijo de un jefe tikar establecido en la ribera del Mbam. En el siglo XVII dejó su tribu liderando a una parte de la población para emprender rumbo hacia el sur, cruzando el río a la búsqueda de nuevas tierras en las que asentarse. Lo hizo en Nji-Mom, en el país Pa- Mbam, enclavado a unos veinte kilómetros al norte de Foumban, sometiendo a dieciocho jefes que le permitieron proclamarse rey de los Pa -Mbam, de Pa-Mban o Pa- Mom que ( `gentes que hablan con palabras encubiertas´) derivará entonces el nombre con el que se conocerá al pueblo, Bamun. Continuando con sus conquistas territoriales Nshare Yen acabará estableciéndose en Mfom-Ben que se convertirá en la capital de su reino, bajo el nombre de Foumban. La palabra Foumban tiene su origen en la unión de las palabras Fombèn (fon: ruinas) y bbèn que significa poblada.
La historia de la dinastía bamun vendrá definida por las continuas guerras cuyo único propósito será ampliar el reino y fortalecer en su seno el poder. Hoy día el territorio marca su entrada en el río Noun enclave desde donde quedan atrás las montañas del país bamiléké y se abren las extensas y fértiles planicies del suelo bamoun, interrumpidas en ocasionalmente por solitarios macizos volcánicos, que otorgan al paisaje de la región una belleza austera, singular y genuinamente africana. Foumban se encuentra a aproximadamente a 250 kilómetros al noroeste de Yaoundé. Hasta la llegada al trono de Mbwé-Mbwé o Mbuembue (1757- 1814) quién era hijo de Knatou o Kouotou (1672- 1757), los sucesores de Nshare no mostrarán deseos de extender su reino sin embargo, con la ocupación del trono por parte de Mbuembue, décimo monarca bamun, revitalizará con su pasión guerrera el espíritu colonizador.
La organización política y social de este pueblo africano presenta muchas similitudes con aquella de los bamiléké. El poder absoluto se encuentra en manos del Mfon que durante la islamización y bajo el reinado de Njoya se transformará, adoptando la figura de sultán. El Mfon o rey es el dueño absoluto de todo y de todos, tiene el derecho de decidir sobre la vida y la muerte de todos sus súbditos y es el comandante en jefe del ejército otorgándole dicha posición, la capacidad de declarar la paz o la guerra en beneficio de intereses propios.
Los Mfon disponen de un prestigio divino, representado el poder de los antepasados y al igual que sucede entre los bamiléké, la reina madre permanece al lado del monarca actuando como consejera. Los Mfon estarán al mismo tiempo rodeados de un consejo formado por tres Tita-Mfom o aquellos que son llamados padres del rey, junto con los que tomará las decisiones más importante que conciernen a sus dominios. Estas serán comunicadas al pueblo a través del Tita-Ngu o portavoz oficial. Los Nji son príncipes miembros de la familia real, o de los nobles y oficiales de la corte; toman cargo político de ciudades y aldeas y se mantienen como cabezas de familia. La capital, Foumban está en estos momentos dividida en ocho barrios, cada uno de ellos bajo la supervisión de un jefe ayudado por un fiel asistente. Esta estructura administrativa se mantendrá hasta principios de la década de 1900.
Los bamun son un pueblo de artistas, desde tiempos ya muy lejanos existe en Foumban la expresión de un arte de extraordinaria belleza, presentándose estrechamente ligado al bamiléké. Máscaras esculpidas, estatuillas de bronce elaboradas con la técnica de la cera perdida y columnas minuciosa y delicadamente talladas en madera alcanzan una extraña, singular y bella perfección que emplazan a esta población de la Provincia Este del Camerún en el más importante de los centros de producción artística en África. Durante el reinado de Njoya es cuando el arte alcanzará su máxima expresión, presentándose como ejemplo de esta riqueza artística el Palacio del Sultán. Junto a los artesanos de la fundición, los orfebres y los escultores en madera, existen numerosos talleres donde se elaboran tejidos tradicionales y multitud de comercios que disponen a la venta objetos de anticuario, concentrados principalmente en la llamada Rue des Artisans a un kilómetro del centro de la ciudad.
Nsangou, padre de Njoya, fue un rey guerrero que tuvo una cuarentena de hijos. Antes de entrar en guerra con los tikar ya había designado a su hijo menor, contaba con tan sólo cuatro años, como su sucesor; nunca regresaría de la batalla, convirtiendo al pequeño con su ausencia en regente y ante el detrimento, disgusto y decepción de sus hermanos ya adultos. Tras la muerte de Nsangou en 1888, Ibrahim será todavía muy joven para tomar la rienda del poder por lo que su madre se hará cargo del trono a la espera de que el muchacho alcance la edad adecuada para gobernar. Los hermanos mayores no tan sólo muestran su descontento con la elección de Njoya también con la presencia de la madre, Nzabndunké, a la que consideran una mujer cruel, autoritaria y con deseos desmedidos para ostentar el poder.
Es entonces que los acontecimientos impulsarán la revuelta que estallará y prolongará durante dos años. Bentkon consejero de la reina y habiéndose ganado la confianza de dos de los hermanos de Njoya, reunirá entonces a algunos guerreros y marchará contra Ibrahim; tan sólo Foumban y dos aldeas enclavadas en la vecindad se mostrarán fieles al heredero legítimo de la dinastía bamoun. Tras petición, el lamido de Banyo, dará fin a la insurrección con el envío de sus tropas. Nzabndunké impondrá y asegurará el gobierno de Njoya quién a la edad de quince años tomará posesión del trono convirtiéndose en rey de los bamoun.
Marcado por la llegada de los alemanes en 1902, el reinado de Ibrahim Njoya será el más largo, fructífero y más conocido de la historia bamoun. El 2 de julio de 1913 morirá Nzabndunké, y su tumba será emplazada en el centro del Palacio Real de Foumban. De 1902 a 1915 Camerún será sometido al dominio colonial alemán, los principales intereses de estos europeos se situarán sobre el comercio de marfil y látex y la construcción de una vía férrea.
Los alemanes permitirán a los reyes y líderes tradicionales mantener sus usos y costumbres además de ejercer plenamente sus poderes en aquellos territorios donde ejerzan su dominio. Njoya destacará por sus buenas relaciones con los colonos hecho que le permitirá de algún modo progresar en sus investigaciones e inventos personales. Ciertamente se convertirá en un líder autoritario, rodeado de una inmensa corte compuesta por nobles, jefes y secretarios además de disponer de cientos de kpen o esclavos postrados a sus pies. A pesar de ello no dejará de mostrase omo un individuo de espíritu inquieto, curioso e inteligente. Sin duda un hombre ávido de conocimientos, ambicioso y con profundos deseos de llevar a cabo grandes empresas. La importancia de su obra, en este aspecto, será la invención de una escritura, de una religión y en términos de arquitectura, la construcción del Palacio de Foumban.
Antes de que reine Njoya los bamun son animistas que creen en la existencia de un ser supremo al que llamaban Nyinyi, o ‘el que siempre camina ´es decir, aquel que lo ve y entiende todo. Impresionado por la forma en que los musulmanes llevan a cabo sus oraciones, invita a Foumban a un morabito y en la ciudad se levanta una mezquita. A partir de 1906 Goehring, misionero protestante alemán, inicia su labor evangelizadora en país bamun y las mezquitas hasta la fecha construidas, son reducidas a ruinas por orden del rey. Se funda una capilla y escuelas y el bautismo da los primeros ochenta cristianos del reino. El misionero gana seguidamente influencia y Njoya ante esta, se muestra disgustado por el reproche que la nueva religión le hace en cuanto al número de esposas de esposas que posee. De forma repentina cambia de opinión con respecto al cristianismo y emprende la persecución de sus fieles y la violencia pública contra los seguidores de la religión occidental.
En 1916 Goehring se ve obligado a abandonar la misión, provocando el abandono de la fe de muchos bamun. En estos momentos es cuando aparece un nuevo marabout que se emplea en la enseñanzas del Islam entre la población aunque Ibrahim Njoya tiene otros planes, crear su propia religión. Las leyes de su doctrina se guardarán escritas en un libro y en ellas quedaran reflejados versículos y oraciones del Corán, mezcladas con pasajes de la Biblia: La religión de Njoya no será más que la mezcla y fusión del Islam, el cristianismo y el animismo. Con su muerte desaparecerá, para dar paso a los valores religiosos islámicos aunque en la actualidad la fe islámica siga conjugándose con elementos animistas esencialmente africanos.
Njoya se muestra siempre interesado en registrar la historia y tradición de su pueblo así como todas aquellas actividades que tienen lugar en su reino; al mismo tiempo sus inventos ( destacan un molino mecánico para triturar el maíz y armas de fuego) y sus descubrimientos médicos relacionados con tratamientos para aliviar y curar enfermedades y plantas medicinales necesitaban ser preservados; al ser no ser una lengua escrita, la Shùkèt Pamom es descartada para llevar a cabo sus propósitos y crea en 1895 un alfabeto que contiene más de 500 símbolos y dígitos pictográficos. A partir de 1906 se dispone a registrar detalladamente nacimientos, muertes, matrimonios, y celebraciones de relevancia; finalmente y por resultarle incomodo el tamaño número de símbolos, decide condensarls. Llega a revisar su alfabeto hasta seis veces, reduciendo el número de pictogramas hasta los ochenta y hasta diez los dígitos. a ka u ku es el nombre que ya completamente terminado recibe el alfabeto.
En el año 1918 se inauguran unas veinte escuelas a lo largo y ancho del país bamun y en estas, más de trescientos alumnos se dedican a aprender la nueva lengua cuya enseñanza y con el transcurso del tiempo, la presencia colonial francesa se encarga de eliminar . Existen noventa y un documentos escritos en diferentes versiones del alfabeto, tres de los cuales lo son en su versión final. Ibrahim Njoya escribe un manuscrito de 547 páginas relatando la historia bamun en a ka u ku´, más tarde lo traduce al Shumom, su lengua secreta. Este es más tarde traducido al francés y a finales d la década de los cuarenta. En 1912 el Shumom es creado por el sultán para su uso exclusivo y el de algunos de sus súbditos más allegados, se trata de una mezcla de hausa, lenguas africanas, francés, inglés y alemán que aún hoy día es utilizado por algunas personas en el sultanato. .
En 1908 Njoya viaja hasta Buea, capital de la colonia de Kamerun, enclavada al suroeste del país, y allí queda sorprendido ante la grandeza de la residencia del gobernador alemán. A su regreso a Foumban se pone a trabajar en el diseño de su propio palacio. Ideando un edificio de tres pisos; el mismo se dispone para supervisar su construcción. El palacio se levanta en 1907 haciendo uso de ladrillos de barro cubiertos de cemento local elaborado con resinas, aceite de palma y cenizas. En 1978 la UNESCO inicia la restauración de este singular y hermoso edificio real, completando el trabajo en 1984. Con la llegada de los franceses, la influencia de Ibrahim Njoya se ver reducida, a las autoridades coloniales dela época no les complace la presencia de un sultán africano con genio y visión. Deseando el control absoluto del país Bamun intentan con todos los medios disponibles, reducir su influencia, hasta que en 1923 le desposeerán del poder prohibiendo al mismo tiempo la celebración anual del Nguon, expresión máxima de la esencia bamun.
El país es dividido en diecisiete chefferies o jefaturas superiores- Monsieur Ripe, jefe de distrito francés escribe sobre el sultán : ‘ Njoya es un negro tirano, crecido en la sangre, de arrogancia excesiva, persiguiendo sueños dementes, ejecutando precipitadamente a sus adversarios, obligando a cada familia a darle en matrimonio a una de sus hijas. Alcanzó el poder sólo porque su madre no dudo en matar a todos sus hermanos´. Ibrahim Njoya es enviado al exilio trasladado a Yaoundé en 1931 y es entonces cuando su hermano, Nji Kouotou Yenou, es nombrado guardián del palacio por la administración colonial francesa. Muere el 30 de mayo de 1933 a la edad aproximada de 66 años. Hubert Deschamps, historiador galo dirá de este ` fue una de las personalidades más destacadas del África Negra…´ No así lo consideró el poder colonial francés.
Un saltamontes es un nguon, pero el Nguon es también un festival que se originó en el 1394 simbolizando la unión del sultán con su pueblo. Es también una sociedad secreta, un tambor de fricción y una danza ritual… En definitiva, el Nguon es una celebración constituida por actos de gratitud o apaciguamiento que engloba aspectos políticos, sociales, religiosos y místicos. Los franceses, temiendo que el Nguon pudiese derivar en revueltas e insurrecciones civiles contra la presencial colonial, impidió su celebración a partir de 1924 sin embargo Njimoluh Seidou Njoya (1889- 1933), padre del actual regente Ibrahim Mbombo Njoya, lo rescató del olvido.